Iglesia San Miguel: es de una sola nave, del siglo XIII y de ábside octogonal. En el templo se guarda un bello retablo plateresco. En la entrada tiene un pórtico, con un arco ligeramente apuntado y tres arquivoltas. Según una leyenda, una lamia, la cual vivía en una cueva cercana, se acercó a la entrada del templo el día del entierro de un joven que amaba, del caserío Korreoena. Hay una escultura que recuerda a la lamia en la plaza de Garagartza.

Cruces de Ibarreta:  estas dos cruces son testigo de las venganzas de las familias Ganboa y Oñaz, en la Edad Media. En 1464, aquí mataron a Martin Bañez de Artazubiaga y Juan de Barrutia, dueños de la ferrería de Ibarreta, por haber participado éstos en el asesinato del señor Butron en la quema de Arrasate. Estas historias están recogidas en la literatura oral vasca, en la endecha

MartinBañez cantada por su viuda Sancha Ochoa de Ozaeta y en la balada anónima La quema de Arrasate.

Puente Akiso: situado junto al caserío del mismo nombre, tuvo influencia en el desarrollo de Garagartza. Se construyó en el siglo XVI, en sustitución de otro de madera, que cíclicamente era arrastrado por las riadas.

Balneario de Santa Ageda: antaño era conocido por las cualidades medicinales de sus aguas sulfurosas. Debido a la influencia de la concepción cultural ilustrada en favor de la higiene y la salud, se construye el Balneario de Santa Ageda en el año 1825. El asesinato del presidente del Gobierno Antonio Cánovas del Castillo a manos de un anarquista, hace decaer rápidamente el esplendor del balneario en 1897. Su reapertura la gestionaron las Órdenes de las Hospitalarias de San Juan de Dios y de las Hermanas del Sagrado Corazón, y se le dio entonces el fin que, como Centro Psiquiátrico, actualmente tiene.