Patrimonio
Patrimonio
Las calles y edificios de Mondragón forman un conjunto interesante. Parece ser que desde que la villa recibió la Carta Puebla en 1260, fue organizándose en torno a un plano ortogonal.
Una de las características de dicho plano es que todo ello se cercaba con una muralla ovalada en la que iba tejiendo una red de calles y cantones, dejando en los solares suficiente espacio par casas, ermitas y la iglesia parroquial. La muralla era la defensa de aquella población que tenía que transitar por portones para acceder a la localidad.
Pero, el desarrollo económico y demográfico obligaron a la villa a crecer extramuros y así surgieron los arrabales. En esos espacios se levantaron nuevas viviendas y varios conventos.
La industrialización supuso una nueva revolución urbanística. Se levantaron talleres por doquier y, esas fábricas son parte del hermoso patrimonio industrial legado por nuestros y nuestras mayores.
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